viernes, 20 de febrero de 2015

PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN MEDIOS RURALES EN PROYECTOS TERRITORIALES


La participación ciudadana es un término muy solicitado estos días; así se puede comprobar en las últimas manifestaciones por la democracia, o en los movimientos colectivos surgidos a raíz del famoso 15-M, donde quedó materializada.

Esta demanda de participación de la población es importante de manera capital en los pueblos y áreas rurales, donde a través de ésta no sólo se permite expresar a la población en lo que les va a afectar de manera directa –a diferencia de lo que pueda ocurrir en enclaves más grandes donde los efectos pueden diluirse entre los habitantes- , sino que va a hacer posible la puesta en marcha de proyectos locales (endógenos) o la implicación en los mismos.

Una de las herramientas para la implicación en la puesta en marcha de distintos proyectos la constituye el proceso de Evaluación de Impacto Ambiental mediante el procedimiento de exposición pública y la recopilación por las Administraciones de alegaciones emitidas por los habitantes y/o afectados. Esta herramienta en determinados casos ha permitido rechazar, o modificar proyectos para adecuarlos a las necesidades locales, y han sido numerosas personas individuales, asociaciones locales o colectivos los que han intermediado para hacer posible esta interacción de los habitantes con los poderes públicos.  Y a veces se han conseguido buenos pasos adelante.

Si bien, últimamente se está asistiendo a una toma de importancia de organismos públicos de ámbito regional o autonómico –véanse Universidadesentre otros- frente a las empresas locales en la participación en proyectos territoriales que afectan a zonas rurales. Esto, que pudiera ser beneficioso por la cantidad de conocimientos o medios técnicos de renombre, sin embargo, en los casos donde hay habitantes rurales capacitados y dedicados a los sectores involucrados estará siendo un paso para atrás. Y es un paso para atrás en participación cuando pudiesen alcanzarse acuerdos administrativos a instancias regionales, que hiciese de la participación pública local de la EIA un trámite administrativo vacío de efectividad. También es un paso para atrás cuando se otorga la realización de iniciativas territoriales a estos organismos públicos superiores. Y el paso en retroceso será todavía más grande cuando fondos económicos destinados para el desarrollo local se pudiesen derivar a pagar estancias, viajes, o congresos internacionales sin repercusión local. Pues, ¿dónde está la participación ciudadana en los casos donde se traen y llevan equipos técnicos y becarios de fuera?, ¿dónde están los beneficios que permitan el desarrollo económico-endógeno para la localidad?

Cualquier actividad que impacte sobre el territorio tendría que poder ser gestionada por los habitantes, ya sea a través del control de sus impactos, como en la revalorización local de la actividad a través de la formación, y creación de puestos de trabajo en el mismo entorno donde se va a ubicar. Esa es la participación no ciudadana (porque no estamos en ciudades), sino local, que no se debe nunca dejar en un segundo plano en aras de no sé qué otro primer plano que no sea local.

La población local, al fin y al cabo será la que tengan que hacerse cargo de las repercusiones económicas y ambientales futuras. Que nada ni nadie les quite la participación, que no es ni más ni menos que su oportunidad para decidir y para evolucionar hacia donde ellos mismos quieran.

Silvia Pérez Domingo



No hay comentarios: