miércoles, 3 de mayo de 2017

El invierno demográfico de Teruel desde una perspectiva española







Sergio Chueca*
                    
Está de moda hablar de despoblación, de España vacía o de invierno demográfico. Paradojas del destino, nunca hemos estado en España -como país- mejor de lo que estamos ahora demográficamente. Mirando desde una perspectiva histórica la evolución demográfica entre el año 1900 y el año 2016, observamos las diferencias de evolución entre Teruel capital y la provincia. Teruel capital tenía en el año 1900 una población de 10.797 personas. En el 2016 un total de 35.564 personas. La provincia no puede contar la misma historia, pues ha pasado de 251.994 habitantes en 1900 a 136.260 habitantes en 2016. Fijándonos en los fríos números pensaríamos que hay un problema, pero en ese periodo de tiempo han ocurrido muchas cosas. Las principales serían la revolución verde y la revolución urbana.

La revolución verde es la aplicación de tecnología intensiva al campo: automatización, tractores, abonos, etc. Esta transición ha eliminado las hambrunas periódicas con las que convivieron nuestros abuelos. Eso sí, a costa de reducir el número de personas trabajando en el campo y, por lo tanto, residiendo en el mundo rural. Por otro lado, la revolución urbana es la concentración de los habitantes en núcleos, fenómeno que se observa en Teruel capital con el incremento de población en ese periodo. El acceso a la sanidad, a la universidad, a la cultura o al empleo, ha desplazado la población desde los núcleos pequeños a las ciudades.

Hablar de demografía es hablar de nacimientos y defunciones. Es impresionante la evolución en la esperanza de vida de los turolenses y españoles. Vivimos más, somos más que nunca. No me gustaría volver al pasado, cuando había muchos nacimientos y muchas defunciones, y largas jornadas de trabajo en el campo.

¿Y qué pasará en el futuro? Imaginar el Teruel rural en el 2040 o en el 2050 desde la perspectiva social y demográfica actual es visualizar pueblos abandonados o convertidos en segunda residencia de verano. Hay una tendencia que nos conduce a pensar que la solución a esta situación es demográfica, cuando no los es. El problema, cuanto menos, es político y económico. 

El invierno demográfico de la provincia es la manifestación secundaria de un sistema económico que no es capaz de crear riqueza en una provincia como Teruel. La emigración ha despoblado la provincia. La economía de escala asociada a la globalización conlleva que el crecimiento se haga alrededor de grandes cinturones industriales: el corredor del Ebro, Madrid, Barcelona, etc.

Sin embargo, desde una perspectiva ecológica, considerando que Teruel está dentro de España, aumentar la población de la provincia tendría que darse, si se da, como redistribución de la población del país (para no aumentar el impacto sobre el medio ambiente de nuestra sociedad común). Aunque aquí hay una gran parte de elección, de decisión de lo que quiere hacer el sector de población más joven.

Dentro de una visión de España como conjunto, el invierno demográfico realmente peligroso es el que se produciría si sucede a escala de país. Aquí hay un dato curioso que puede aportar pistas para que nuestra sociedad no caiga en este problema. Un dato medible es el proporcionado por las encuestas entre menores de 40 años: aunque solo entre el 5 y el 10% de personas afirma no querer tener hijos, el número de personas sin descendencia se sitúa en la horquilla 30% a 40%. Claramente, interpreto el resultado, como un efecto de la injusta distribución salarial. Es en este sector donde el paro o los empleos mileuristas se ceban.

Y el reto es claramente político y económico, para evitar caer como sociedad en este pozo. Las acciones se tienen que dar en decisiones como: (i) facilitar el acceso al mercado laboral de los jóvenes (frente el continuo incremento en la edad de jubilación); (ii) abrir las fronteras a la inmigración (frente a políticas anti-inmigración); (iii) facilitar un mercado de vivienda a precio regulado que facilite la emancipación (frente a las burbujas inmobiliarias).


*Colectivo Sollavientos




3 comentarios:

Unknown dijo...

De acuerdo con mucho de lo que dices, pero te has dejado unos 70000 habitantes por el camino. El aumento de población de Teruel capital no compensa ni de lejos la caída en el medio rural. No creo que se pueda decir que estamos mejor que nunca con la cantidad de pueblos que tenemos en la UCI. Siempre que no estemos hablando del nivel de vida, que entonces sí.

Anónimo dijo...

Aún no sabemos a que nos enfrentamos.Históricamente no existen precedentes de algo así por mucho que tontamente muchos quieran compararlo con el ocaso del Imperio romano.Unos dicen que vamos directo a una total catástrofe y ruina,mientras que otros,normalmente progres e izquierdistas, dicen que estaremos incluso mejor en una sociedad española "veterana" ,pero ecológica,feminista y receptora de africanos.Quién puede saberlo!!.De lo que sí podemos resignarnos es que la natalidad española y europea no va a subir por mucho dinero que tengan los jóvenes hedonistas de hoy.Los políticos y empresarios van a ser muy criminalizados en los próximos años,cuando realmente las ayudas natalistas suecas esas que todo el mundo reclama no han servido de gran cosa ni allí ni en ningún sitio y aumentar los sueldos no hay ninguna garantía de que sería para niños,más bien para otras "necesidades" [emborracharse,el fútbol,viajar,seguir comprando ropa...].Crear empleo es de pringados.

Anónimo dijo...

Sé que no es consuelo pero exceptuando las costas mediterráneas,toda España pierde censo y envejece cada año.Lo de "Teruel existe" es un movimiento simpático y valeroso pero casi todo el mundo tiene carencias.Por ejemplo,a Marbella con casi 150.000 censados e incontable población turística y residente no ha llegado ningún tren jamás [atención!!,récord europeo].Los propios costasoleños le llaman a la costa de Málaga "La costa del timo".Aquí no existe un parque de atracciones de relevancia [en los ochenta se dejó escapar tontamente Eurodisney],no existe ningún circuito de carreras,ni apenas museos chulos [sólo en la capital hay algo] y tampoco hay muchos Spas para relajarse.A ninguna mujer moderna española,por mucho dinero del que disponga,le interesa la maternidad al estilo "Mujercitas" o "La casa de la pradera". Los hombres modernos españoles tampoco están para grandes sacrificios ni gestas,aunque su papel lo veo una décima más secundario.Por mucho que su apellido se perdiese,la mujer era la auténtica reina de la familia.Alberigo CARACCIOLA.Los Boliches.[MÁLAGA]