miércoles, 29 de julio de 2015

EL ARAGONÉS, LENGUA EMERGENTE







Gonzalo Tena Gómez*

Voces expertas afirman que actualmente se usan unas 7000 lenguas sobre la faz de la Tierra. La que estoy utilizando es una de ellas, una lengua potente y vigorosa, en expansión por el mundo. La lengua aragonesa, por su parte, sin más apellidos para engordar siglas mareantes, es otra, pequeña,  que entronca con la tradición hablante de gran parte del territorio de Aragón y más allá, y lucha por mantenerse y abrirse paso en un mundo que parece circular en dirección contraria, reforzado por una nefasta legislación autonómica al respecto. Defienden, usan y promueven conscientemente esta lengua autóctona, entre otros, lingüistas, gente de inspirada pluma poética y narrativa, maestros y maestras, padres y madres y escolares (algunos de estos han participado en la elaboración de vídeos y cortos cinematográficos premiados).
Entre los días 23 y 25 del mes de julio  ha tenido lugar en Huesca el XXIV Congreso de Lenguas y Culturas Europeas Amenazadas. El aragonés ha sido la lengua anfitriona y han sido convidadas a hacerse escuchar  el castellano, el francés y el inglés,  en defensa de otras lenguas menos privilegiadas: gaélica (Escocia), sarda (Cerdeña), asturiana, de Xálima (Cáceres), provenzal (Francia), véneta (Italia), abaza (Cáucaso), valona (Bélgica y Francia) y aragonesa, y de los dialectos mentonasco (Menton, Francia), barranqueño (Portugal) y murciano. La significativa pujanza del porcentaje de vascohablantes en los últimos años, expuesta por Patxi Baztarrika , viceconsejero de Política Lingüística del País Vasco, así como el mensaje de apoyo al aragonés de nuevos cargos salidos de las recientes  elecciones municipales y autonómicas, infundieron nuevos aires esperanzadores en la superación del actual impasse jurídico de la lengua aragonesa y en el encauzamiento definitivo hacia su normalización, a la cual ya contribuye hasta la Universidad japonesa de Kioto.
El eminente romanista suizo Michael Metzeltin, de la Universidad de Viena, en una exposición equilibrada y brillante, nos explicó “cómo hacer que las lenguas amenazadas sobrevivan”: la clave está en la voluntad de los usuarios en emplearlas comunicativamente, como expresión cultural y en verlas como señas de identidad. Y esta voluntad, podríamos añadir ahora, puede ser despertada y estimulada. Por su parte, Diegu Corraine, presidente de la Asociación en defensa de la lengua sarda y partidario de su unificación, situó la lengua en el centro de la identidad de un pueblo, de la cual surgirían las políticas concretas en pos de su normalización. Y Marsaili Macleod, virtuosa cantora en lengua gaélica, de la universidad de Aberdeen & Soillse, afirmaba que las lenguas pequeñas precisan de grandes intervenciones, en referencia al gaélico en Escocia, que puede hacerse extensible al aragonés en Aragón.
Desde el Colectivo Sollavientos queremos felicitar al Consello d’a Fabla Aragonesa por la exitosa organización de este Congreso y hacer patente nuestro más firme apoyo  a todas las personas que  defienden y promueven el aragonés, que consideramos también lengua nuestra, así como a toda la diversidad lingüística sobre el planeta.

* Colectivo Sollavientos